Summario en Español
Lize Mogel, sobre el impacto de las ferias mundiales y los Juegos Olímpicos.
Las ciudades compiten para tener estos lugares para grandes eventos (copas de fútbol, Juegos Olímpicos…), y eso es casi un placemaking creativo pero a lo salvaje y desde arriba.
Se crean trabajos temporales, estructuras temporales… se trabaja durante años en unos Juegos Olímpicos, pero luego duran dos semanas. La ciudad necesita espacio para acomodar a los millones de personas que acuden, así que se genera la creación de nuevos estadios e infraestructuras, de modo que ¿quién quiere esto?
Los megaeventos están promovidos por líderes de los negocios, y a la gente como nosotros nunca se nos pregunta si queremos esta clase de eventos. Grandes empresas, políticos, banqueros, utilizan el lenguaje diciendo que hacen placemaking para mejorar la ciudad, pero ¿cómo?, y ¿para quién?
La realidad de la transformación puede ser dura para aquellos que no gozan de poder político. Pero la gente resiste y se organiza: os mostraré un par de ejemplos.
Una de las maneras de crear espacio es demoler todas las casas y negocios, como sucedió por ejemplo en Pekín durante la transformación de la ciudad para la celebración de los Juegos Olímpicos. Hubo un edificio que se negó a la demolición en esa calle y mostró una resistencia activa. En Pekín 1.5 millones de personas fueron desplazadas para poder llevar a cabo los Juegos Olímpicos.
En Brasil, por ejemplo, ha habido muchísimas protestas contra la Copa del Mundo que se va a disputar en 2014. Hubo mucho discurso en torno a eso, pero sin embargo el transporte público, educación, etc., estaban siendo ignorados.
Es una paradoja, puesto que por un lado se percibe contento general por la celebración de la Copa, pero también hay una conciencia sobre cómo se ignoran otras cuestiones importantes en el debate público.
¿Cómo hacemos que un megaevento cambie su forma de operar?
Os daré una idea: ¡hagámoslo siempre en el mismo sitio! Para no atraer identidades nacionales, hagámoslo siempre en un sitio que a todos nos guste, como por ejemplo la Antártida… Los juegos de invierno allí serían fantásticos.